domingo, 3 de febrero de 2008

sorteo de la cesta.. por fin aparecio!!!

Por fin aparecio el boleto premiado. El ganador de la cesta es Javier Iglesias, de Gasteiz. Es nuestro deseo que disfrute de los productos de la misma: libros y videos de la fundacion Vias Verdes; mochila, riñonera, brujula y porta cds de Coronel Tapioca; accesorios para la bicicleta; dos camisetas de Vias Verdes y una de Vitoria-Gasteiz Beijing, 6 entradas con 6 consumiciones para conciertos que se celebren durante el 2008 en la Sala Azkena de Vitoria-Gasteiz, 2 inscripciones gratuitas a la revista Aire Libre... Aprovecho una vez más para agradecer a todas las personas conocidas y no tanto, Vitorianos en su mayoria pero tambien boletos comprados por madrileños, burgaleses ... a las compañeras/os de trabajo, a los amigos de toda la vida, vecinos, familiares apoyarnos en esta aventura. Un saludo y un agradecimiento para todos vosotros por participar.

miércoles, 9 de enero de 2008

SORTEO DE LA CESTA

Hola:
La terminacion premiada en el sorteo organizado de una cesta con material de los colaboradores y otras aportaciones es el acabado en 798. El primer y el segundo premio estaban en mi poder al no venderlos asi que por orden de aparicion de los terceros el acabado en 798 es el boleto premiado. Para recoger el premio lo mejor es llamar al 616203656.
Hay un mes de plazo. De no aparecer el numero la cesta sera sorteada entre toda la gente que acuda a la cena-despedida del día 5 de abril. Saludos y muchas gracias a todos aquellos que os habeis dejado algun euro en este proyecto.

lunes, 24 de diciembre de 2007

5 ABRIL DEL 2008. SALIDA POR LA REDUCCION DEL CO2. VITORIA BEIJING 2008

El 5 de abril salimos por fin hacia China. Recorreremos miles de kilometro en bici y unos cuantos en tren (una zona de Rusia). La intencion y el objetivo es unir a la gente a esta aventura y que se venga a pedalear. El día 5 esta programada la salida desde la Plaza de la Virgen Blanca hasta Estibaliz a 15 kilometros de la ciudad. Pasaremos por el Centro Comercial el Boulevard y de aqui hacia el albergue de Estibaliz a través del Vasco-Navarro. Por la tarde varios viajeros y aventureros nos hablaran de sus viajes, algunos realizados en bicicleta.
si deseais quedaros a cenar, dormir y desayunar (9 euros todo) poneros contacto en el 616 20 3656 o en el e-mail: vitoriahongkong2007@hotmail.com

DESPEDIDA EN LA SALA AZKENA 28 DE MARZO 2008

Hola:
Os invitamos a acudir a la fiesta de despedida que tendra lugar el 28 de marzo del 2008, en la sala Azkena a partir de las 23:00. De lo que se trata de juntar a colagas, familares, compañeros de trabajo, viajeros, bicicleteros y gente que tenga ganas de coger la bici. La sala Azkena se encuentra en la ciudad de Vitoria-Gasteiz en la calle Coronación. Un saludo

martes, 21 de agosto de 2007

EL CAMINO DE SANTIAGO














Lunes 6 de agosto del 2007

Llegamos por la tarde a Irún y en seguida comenzamos “nuestro camino”. Digo esto porque según van pasando los días, nos damos cuenta de que cada uno “hace su camino”. En algún tramo del primer trayecto nos sorprendió una fina lluvia. De vez en cuando, teníamos que parar a ponernos el chubasquero y, al rato, volverlo a quitar.

La primera noche quizás sea el preludio del viaje. No suelo dar importancia a estas cosas pero a veces, suceden sin más. Lo ves venir pero no le das importancia. Pasaban las diez de la noche cuando nos presentamos en albergue “Txurruka”, en la playa de Oibar Zahar, en las afueras de Orio. Un montón de crios se divertían y jugaban con los monitores. Se acercó el conserje y nos dijo que en la actualidad, el albergue funcionaba como centro de colonias. Le debimos dar tiempo para darle algo de pena y nos permitió pernoctar con el compromiso de abandonar el lugar a las siete de la mañana. Como para nosotros el problema no era el madrugar sino el dormir la respuesta fue evidente. Bajo el techo de una tejabana, en un pequeño frontón con dos bancos de madera extendimos los sacos. Preparamos una delicatessen … surek de Polonia, una de las muchas sopas que beben en aquel país, picamos algo de embutido, chocolate y un café con leche. Antes de dormirme maldije el pasarme por alto los consejos de la guía… “no deberíamos olvidar el plato de más fama en Orio, el besugo”.


















Primera noche en un mini-fronton
Salimos un poco despistados de la localidad y para asegurar Alfredo pregunta a una paisana por donde debemos seguir. Y sucede como la mayor parte de las veces que preguntas a una persona por estas tierras y al final, después de darte mil y una indicaciones acabamos hablando del tiempo y comparando la vida en el campo con la ciudad. Seguimos camino hacia Mondoñedo para volver a hacer un alto en el camino. Un cafecito, unas tabletas de chocolate en una gasolinera y rellenamos los bidones para lanzarnos a por el ascenso más serio de cuantas etapas se hacen (alternativa de la carretera, nacionales y comarcales) desde Irun hasta Santiago. Yo estoy algo acojonado porque noto el cansancio acumulado pero resulta que la parada me viene de perlas y subo el puerto de 12 kilómetros aproximadamente bastante bien. En algunos descensos y descansos el carro se gira por la fuerza del viento y da la sensación que en cualquier momento voy a salir disparado. Afortunadamente no sucede nada y me encuentro al poco tiempo a Alfredo picoteando algo en el restaurante Claudio de Abadin, muy cerca de la cima del porto da Xesta. Le pregunto a la señora del restaurante por el sello para la credencial. Algunos bares y restaurantes por donde pasa el camino sellan sin tener que acudir a la parroquia o el ayuntamiento. El resto de la etapa transcurre entre pequeños pueblos, con casas diseminadas en prados muy verdes que recuerdan bastante a los de Polonia.




Martes 7 de agosto del 2007.

A las siete abandonamos el lugar y desayúnanos junto al chiringuito de la playa. La especialidad de la mañana, cafecito al hornillo. La meadilla mañanera y a dar pedales, que con la fresca es como mejor se anda.

La etapa la recuerdo como una de las más bonitas e interesantes del camino por unas cuantas circunstancias aunque fue una pena el no sacar tiempo para ver con tranquilidad muchos de los lugares por donde pasamos, Ondarroa, el museo de Simón Bolívar en Bolívar, Gernika…



La primera sorpresa fue la llegada a Zarautz, un lugar encantador que prefiero ver a las ocho de la mañana, cuando se quita las legañas, se sale a correr, a nadar, a desayunar y hacer compras. Vamos que llegamos con el despertar de la ciudad. Yo siendo oriundo del País Vasco nunca había estado aquí y lo primero que me llamo la atención fue el campo de golf junto a la playa (¿tendrá la especulación urbanística piedad sobre él?). Descendimos el monte Talaimendi, donde se encuentra el camping abarrotado en estas fechas por surferos. Zarautz es un lugar reconocido en el ámbito de este deporte no solo por la gente de la Península sino del resto del planeta. Aquí se celebran campeonatos mundiales cada año. Muy cerca del campo el golf se encuentra el famoso restaurante de Karlos Argüiñano. Sacamos un par de fotos y cuando daba la vuelta al edificio apareció Karlos fugazmente por la barra. Entre de inmediato para saludarle con la intención de explicarle el proyecto y conocer si era posible contar con la presencia de alguna de las empresas a las que representa. Hacia más de año y medio que hable con su mujer (porque llegar a él es bastante complicado). Me dijeron que todo el tema de publicidad y marketing esta en manos de una empresa que se llama Bainet. Con el paso del tiempo lo he ido dejando y no lo he vuelto a intentar. Pensándolo bien decidí no dar mucho la chapa, le pedí el favor de salir a la calle para tomar un par de fotos y seguimos nuestro viaje. La conversación con el famoso cocinero rondó los diez minutos. Y nunca hablamos de cocina. Eran las ocho y media, y nos explico por encima los jaleos que conllevan dirigir una empresa grande. En la recepción del hotel hablaba con uno de sus hijos en Euskera sobre un pequeño percance de la noche anterior. Imagine la multitud de problemas a los que debe de hacer frente. Por un momento pensé si tal vez merecía la pena. Por que al fin y al cabo el precio de la fama tiene sus consecuencias.



Alfredo con otro crak.

El paseo junto a la playa era muy agradable, corría la brisa y lo seguimos hasta salir a la carretera que se dirige hacia Getaria. Un ciclista que venia en sentido contrario nos alerto de la presencia de dos ratones en la carretera. Y fue curioso porque en un momento los vi brincar por el asfalto, en otro, cuando sentían la presencia de un coche vi como se paraban en seco y se aplastaban contra el asfalto, pero no les sirvió de gran ayuda. Más que atropellados por la rueda, la presión o no sé la razón, los roedores murieron al instante.

Getaria, Zumaia, Ondarroa, Markina o Bolivar fueron algunos pueblos que pasamos sin detenernos. Unos kilómetros antes, en Deba, paramos a comprar en un Eroski y almorzar junto a la ría. Vimos algunos peregrinos en bicicleta. Deba fue la capital del Euskera, aquí todos parecían hablar el idioma. Una mujer nos indico el lugar donde abastecernos y se extraño que siendo de Vitoria-Gasteiz no hablásemos el idioma vasco.

Desde el barrio de Bolívar, abandonamos la carretera que se dirige a Munitibar-Arbatzegi para ascender por una sombreada carretera hasta el monasterio de Zenarruza o Ziortzia del siglo XIV. Visitamos la iglesia y buscamos a un fraile que estampara el primer sello en la credencial. Más adelante escuchamos en boca de otros peregrinos que los frailes invitan a comer o cenar a los que se quedan a pasar la noche allí. Nos dejamos llevar por el consejo de un religioso que con total seguridad advertía que debíamos coger el camino y olvidarnos de la carretera. Pensé: bueno dos pájaros de un tiro, por un lado sigo el camino de santiago marcado con flechas amarillas abandonando el asfalto y por otro lado evitamos retroceder los dos kilómetros hasta volver a la carretera de Bolívar.

Al final, logramos salir del camino para enlazar de nuevo con la carretera. No sin antes tirar de la bici e incluso coger el carro para salvar un camino intransitable para mi. Salvado el camino maldije las palabras del fraile y me pregunte cuantas veces habría hecho el sendero.

La nube nos persiguió hasta el final de etapa en Bilbao. A veces descargaba una fina lluvia. Comimos un bocata en Munitibar-Arbatzegi y seguimos el camino hacia Gernika. Ciudad emblemática y antigua encrucijada de caminos jacobeos Gernika acoge el Árbol de Gernika, bajo el cual el Lehendakari, o presidente del País Vasco, jura su cargo. El lugar también es conocido porque durante la guerra civil sufrió un bombardeo franquista apoyado por la aviación nazi. De este triste acontecimiento surgió el cuadro de Picasso “El Gernika” que en la actualidad se encuentre en el museo Reina Sofía en Madrid. A los amantes de la naturaleza les recuerdo que aquí pueden visitar la ría de Urdaibai, declarada Reserva de la Biosfera.

Llamamos a Edurne de “hospitality Club”, nuestra anfitriona en Bilbao por esta noche y le avisamos de nuestra llegada. Seguimos la BI-3751 hasta Larrabetzu y luego la N-637 hasta Lezama, Zamudio y Derio. En esta localidad cogemos la BI-3732 hacia Artxanda y Bilbao. Una carretera asquerosa para andar en bici. El trafico y el ruido de los coches es increíble y solo deseo llegar cuanto antes al destino. Se me hace duro los últimos kilómetros. Vengo algo tocado y las cuestas antes de entrar a Bilbo se me atragantan durante unos minutos. Cuando por fin logramos vislumbrar la ciudad paramos y preguntamos a un paisano la mejor forma de entrar al barrio de Rekalde. A estas alturas un fallo al coger la dirección puede retrasar bastante la llegada o incluso tener que ascender a lo tonto, lo descendido, no tiene mucho sentido. Si algo tiene Bilbao son cuestas y después de cien kilómetros no nos apetece hacerlas así, sin más.
“… nunca preguntes a un jubilado, nunca preguntes a alguien con más tiempo que tu en un momento de prisas”. Esto podría ser el buen consejo del abuelo en un día de invierno. Nosotros que más bien no sabemos de horas ni de tiempo en vacaciones volvimos a caer en “la cuenta atrás” temiendo por la impaciencia de nuestra anfitriona. Se nos ocurrió preguntar a un señor que paseaba al cocker. Él se desvivió en detalles, eso si amablemente. Incluso una vez montados en la bici el seguía dando explicaciones. Pero resulto ser la ostia, porque, no sabemos como, llevamos a cabo todo aquel laberinto de palabras y resulto que preguntando solo una vez más, nos encontramos en casa de nuestro contacto.

Llegamos al portal y enseguida bajo Edurne, el contacto de Hospitality Club. Nos abrió las puertas de casa y nos dio la bienvenida con una sonrisa. Dejamos las bicis en el cuarto bajo la escalera y subimos el equipaje y el carro. De momento me da palo ir dejándolo por ahí como si fuera algo “intocable”. A cambio tuvimos que subirlo hasta un séptimo piso sin ascensor pero bueno, poco a poco lo logramos. La casa era pequeña pero nosotros somos gente que nos conformamos con bien poco. Hablamos de nuestro viaje hacia Santiago y de las aventuras de Edurne por “el Mundo”. Nos hablo de sus estancias en Jamaica y de las ganas de regresar por aquellas tierras; de su trabajo y de otras movidas de la vida. La entretuvimos hasta algo más la una de la madrugada. Al final nos dejo las llaves de su piso porque ella tenía que madrugar.


Miércoles 8 de agosto del 2007.


Nos levantamos un poco tarde y nos entretuvimos con el desayuno y la prepara-ción del equipaje. Y como suele suceder cuando uno cree estar listo para reiniciar la marcha algo falla. A doscientos metros del portal Alfredo se dio cuenta de que le faltaba un maillot. Fue Alfredo pero perfectamente podía ser yo… aunque conociéndome yo lo hubiera echado en falta a los doscientos kilómetros del piso. Las llaves las acabamos de dejar en el buzón de Edurne. Recurrimos al plan “B”: esto es, llamar a la vecina de enfrente de la cual teníamos noticias porque poseía un juego de llaves, contarle la batalla y subir hasta el séptimo piso (hay que recordar que sin-ascensor) para coger el maillot.

A los quince minutos de pedaleo una fina lluvia hizo acto de presencia como si no molestara pero sabiendo que comenzaba a tocarnos los huevos. Aprovechamos el resguardo de una gasolinera para preguntar por la mejor salida hacia Muskiz.

Y el mundo es un pañuelo y Bilbao es el centro del Universo, “la bellezova” de las ciudades, el carpe diem de la civilización y el ombligo de la humanidad (extraído del diccionario: “Yo soy de Bilbao y tu también”). Se corroboro a lo largo de la mañana. En primer lugar el paisano al que preguntamos se llamaba Luís Maria. Pues bien nos sorprendió porque conocía el proyecto “Vitoria-Gasteiz Beijing Olympic Games 2008” a través de Radio Euskadi y el programa de Roge Blasco “La casa de la palabra”. Pero después de una hora de espera (no paraba de llover) y de charla con Luís, este nos dijo que trabajaba limpiando el barrio de Barakaldo. Patatín patatan, bla, bla bla … y resulta que era compañero de trabajo de nuestra anfitriona en Bilbao. Unas fotos y aprovechando un hueco entre nubes nos colamos y seguimos hasta Trapagaran.


Mientras Alfredo mandaba colocar unas punteras a los pedales en un taller aproveche para avisar a una pareja miembros de Hospitality Club que resi-dían en Muskiz. Esta localidad se encuentra muy cerca de Bilbao y al principio la inten-ción era llegar hasta allí y hacer noche una vez pasada la gran ciudad. Pero como le di-mos caña y nos hicimos dos etapas en una, cambiamos los planes. Para no quedar mal decidimos llamar a la pareja y decirles que seguíamos camino sin detenernos en Muskiz. Les agradecimos su interés y colgamos. Al rato volvió a sonar el móvil. De nuevo noticias desde Muskiz. Nos invitaban a comer. No podíamos decir no. Esta vez lo anfitriones vivían en una chalecito adosado junto a la antigua carretera de Laredo.
Sabado 11 de agosto del 2007.

Gijon aviles

Son algo más de las doce cuando nos hemos levantado. Le he dicho a Azucena que la invito a desayunar fuera. Amenaza lluvia y mucha prisa no tengo. En una cafetería, en la playa de poniente hemos quedado con Daniel, un checo que le gusta mucho la bici. El se ha movido bastante con este transporte. De hecho ha viajado por gran parte de Europa, incluso se ha venido desde su país en un par de ocasiones hasta la península. Vuelvo a repetir más o menos lo que les digo a todas las personas que muestran algo de interés. Le he invitado a participar en la aventura, hemos sacado algunas fotos y después de la despedida me he vuelto a cruzar Gijón para despedirme del “Astu”. Ahora soy yo quien recibe una invitación para comer. Después de dejar con cierto miedo la bici y el carro (el carro bajo las escaleras y la bicicleta candada en una farola), subo a la casa. El hermano del Asturiano ha salido y parece que igual no regresa para la comida así que nos sentamos. La verdad es que tenía que haber rechazado con educación la invitación y seguir camino. No tenía hambre y deje el plato por la mitad. Me excuse.
Andamos por el paseo marítimo mientras miradas curiosas acechan al carro. Alguno se detiene y se gira para ver lo que acaba de pasar junto a ellos. Y como sucede muchas veces, recuerdo las palabras de “La jefa” del departamento de turismo del Ayuntamiento de mi ciudad cuando me dijo: “El carro no llama tanto la atención”. Y siempre pienso lo mismo: “…como me dice esto esta tía si nunca ha llevado algo igual por la calle”. Pero bueno son cosas que pasan y sigo camino. El tiempo cambio el sábado por la tarde y hoy no ha levantado cabeza, menos mal que durante la noche no ha caído ni gota.

Otra despedida, esta vez de un buen amigo, de esos que se pueden decir “de toda la vida”. En el aire palabras de animo y un “nos vemos en Vitoria”. Saliendo de Xixon me entran unas terribles ganas de mear así que me veo obligado a parar junto al arcén y desalojar peso. Y ya cuando enfilo la carretera que me lleva Aviles comienza a llover. No llevo ni cinco kilómetros y me veo obligado a parar de nuevo. Esta vez estoy un poco acojonado porque que duerma en cualquier sitio, pasa, pero que duerma sobre mojado por no moverme… no pasa. Y por primera vez en este viaje me viene a la cabeza lo de “hombre precavido vale por dos”. Tiro de móvil y guía del camino para reservar en el próximo albergue de peregrinos: Aviles. Esta muy cerca de Gijón pero tal y como se esta poniendo el tema creo que es lo mejor que puedo hacer. La llegada a Aviles la recordare durante mucho tiempo por el paisaje. Aquí y allá, industrias gigantes de siderurgia y metalurgia. En muchas de ellas el mismo cartel: Arcelor. Un conglomerado de empresas en manos del indio Mittal, “el amo del acero mundial”. Un ejemplo claro de que el pez pequeño se come al grande. En su lucha por crecer absorbió a Arcelor cuando lo normal hubiera sido lo contrario. Más adelante escuche que en Aviles nunca afecto tanto el paro como a otras zonas de Asturias. Que era una ciudad mejor protegida frente a los recortes que sufrían por ejemplo los astilleros de Gijón. Yo no entiendo y desconozco este tema y solo traslado aquí lo que escuche en boca de algunas personas.

Martes día 14 de Agosto del 2007.

La entrada a Galicia no podía ser más triunfal. Soñaba con entrar andando, justo delante del típico cartel que nos anuncia los limites de provincia o de la Comunidad. Pero como suele pasar en estos casos, a veces es mejor no desear algo con mucha fuerza o entusiasmo porque al final se suele joder. En mi caso esta “entrada” un poco simbólica se vio afectada en parte por un viento que nos venia acompañando desde el inicio de la etapa, en la localidad asturiana de La Caridad. Cruzar la ria de Ribadeo se convirtió en una pequeña odisea. Personas a ambos lados del puente cortaban alternativamente uno de los dos sentidos del tráfico. La calzada era muy estrecha y por temor a que los coches pasaran rozándome opte por la opción más cómoda, circular por todo el centro del estrecho carril. Justo al otro lado nos encontramos en tierras gallegas y no podía faltar a mi compromiso con la instantánea del momento. Avise a Alfredo y me saco una foto con el letrero de la comunidad de Galicia y la provincia de Lugo. Después de hablar un rato con un madrileño seguimos nuestro camino. Cruzamos Ribadeo con dirección Vegadeo, algo que de haberlo pensado no hubiésemos hecho puesto que volvíamos a retroceder para retomar uno de los dos ramales que sigue el camino hasta juntarse en Lourenzá. El acceso para llegar a Trabada se puede hacer algo duro. Y después de Trabada y zamparnos dos huevos con chorizo volvemos a ascender durante 4 o 5 kilómetros para luego realizar un vertiginoso descenso hasta prácticamente Lourenzá. Dedicamos el tiempo justo para ver la fachada del monasterio de Vilanova de Lourenzá. Se comenta que fue un ensayo para la posterior construcción de la fachada de la catedral del Obradoiro.

Salimos un poco despistados de la localidad y para asegurar Alfredo pregunta a una paisana por donde debemos seguir. Y sucede como la mayor parte de las veces que preguntas a una persona por estas tierras y al final, después de darte mil y una indicaciones acabamos hablando del tiempo y comparando la vida en el campo con la ciudad. Seguimos camino hacia Mondoñedo para volver a hacer un alto en el camino. Un cafecito, unas tabletas de chocolate en una gasolinera y rellenamos los bidones para lanzarnos a por el ascenso más serio de cuantas etapas se hacen (alternativa de la carretera, nacionales y comarcales) desde Irun hasta Santiago. Yo estoy algo acojonado porque noto el cansancio acumulado pero resulta que la parada me viene de perlas y subo el puerto de 12 kilómetros aproximadamente bastante bien. En algunos descensos y descansos el carro se gira por la fuerza del viento y da la sensación que en cualquier momento voy a salir disparado. Afortunadamente no sucede nada y me encuentro al poco tiempo a Alfredo picoteando algo en el restaurante Claudio de Abadin, muy cerca de la cima del porto da Xesta. Le pregunto a la señora del restaurante por el sello para la credencial. Algunos bares y restaurantes por donde pasa el camino sellan sin tener que acudir a la parroquia o el ayuntamiento. El resto de la etapa transcurre entre pequeños pueblos, con casas diseminadas en prados muy verdes que recuerdan bastante a los de Polonia.


En Goiriz paramos porque nos llama la atención el cementerio junto a la iglesia. A mis ojos este lugar de entierro se me hace al menos curioso.